Lo de
miccionar gratis fuera de casa es una costumbre abolida hace tiempo en esta
parte del mundo, claro está que eso queda muy compensado con unos baños limpios
y bastante decentes, vayas donde vayas (menos a las fiestas rave, donde no hay,
véase post de julio 2013)
Si esta
uno de viaje por carretera y no quiere exhibirse junto a un arbolito, hay en
cada estación de gasolina un WC con una maquinilla en la puerta, que por 70 u
80 centavos de euro le deja pasar a través de un torno (como el del
super-mercado) y luego le devuelve 50 centavos en forma de ticket con código de
barras, que luego se puede cambiar en la tienda de la estación - donde un café puede
costar 3€, por lo que no viene mal - aunque claro… induce al consumo puesto que
no vale para productos de fuera de la tienda, como por ejemplo, la gasolina.
En las
estaciones de tren también los hay (más caros, cuestan 1 ‘oiro’) pues
generalmente están custodiados por sendos angelitos de 2 x 2 (metros) que se
aseguran de que: 1) ningún sapo se salte el torno, 2) los artistas
inconformes con el sistema no lo garabateen con grafitis y 3) nadie se lleve más
pH del que puede usar dentro. Y el sistema funciona de maravilla, los hay inclusive
con duchas, por si Rexona te abandona durante el viaje...
Por
ultimo en los restaurantes, bares y grandes comercios la modalidad es distinta,
en la “antesala” del baño hay una mesa/ escritorio/ recibidor con un cesto para
poner monedas, el cual un señorino o señorina vestido todo de blanco y con cara
de haber chupado limón vigila atentamente. La “voluntad” es generalmente de 20
a 50 centavos de euro. Supuestamente esta persona se encarga de la limpieza y
de reponer lo que haga falta para que los clientes sean felices en el WC. He oído
que en algunos casos como en McDs no tienen salario, sino que el propietario
les “permite” limpiar a cambio de lo que recogen del cesto… y este es el país de
la justicia social, manda huevos.
Así que
si vienen por Alemania por favor no se vayan al baño sin su monedero,
especialmente en las cervecerías y las brauhaus donde ponen el WC en el último rincón
y a ser posible teniendo que subir y/o bajar escalones, tal que, con el consumo
de birras el camino se torna cada vez más largo, oscuro y escabroso, como para
tener que repetirlo con la respectiva urgencia. ;)
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