domingo, 15 de abril de 2018

Stolpersteine, alegato contra la intolerancia

Al caminar por las ciudades alemanas uno se encuentra frecuentemente con unas pequeñas plaquitas metálicas en el suelo de la acera, si se fija uno bien, llevan unas inscripciones con nombres y fechas, se llaman Stolpersteine (piedras con la que se tropieza) y son el recordatorio mas extendido de las personas que padecieron la persecución Nazi, muchos judíos pero también comunistas, gitanos, homosexuales, incluyendo a quienes les protegieron o escondieron, y que fueron exterminados en los campos de concentración.

 

Estas placas ponen el nombre de quienes habitaban en las casas en donde están colocadas, junto con el año y destino de su deportación y si hay registro, de la fecha de su muerte.


Es muy impactante pensar en el horror ocurrido dentro de las paredes donde uno ahora vive, imaginense, gente común, como usted o como yo, familias con una vida normal, anónima y que de pronto por su raza, filiación política, religión o tendencia sexual se convirtieron en sujetos indeseables para el gobierno, una especie de chivos expiatorios de los males de la nación y pagaron ese resentimiento con sus vidas.


Hoy en día es importante tener este recuerdo muy presente, aunque escalofriante y triste, es una lección: no debemos nunca mas permitir que la intolerancia y el odio sean los factores que gobiernen la sociedad, sino buscar la integración y la compresión del diferente, luchar todos juntos por sacar el país adelante sin señalarse entre si.

Creo que en muchas cosas los alemanes han demostrado superioridad no racial pero si de espíritu, al aceptar con humildad los errores terribles del pasado y así lo demuestra su compromiso con la verdad por dolorosa que sea, es necesaria para la búsqueda de la paz y el perdón.
"un jardín es mas bello cuando tiene flores de varios colores"